Los mastocitos se encuentran en grandes cantidades en los tejidos superficiales (es decir, aquellos cercanos al medio ambiente externo, como su piel y membranas mucosas de la nariz), en donde ayudan a mediar las respuestas inflamatorias. Los mastocitos liberan un número importante de sustancias químicas mediadoras, una de las cuales es la histamina.
Por lo tanto, la segunda vez que su cuerpo se topa con alérgeno en particular, en cuestión de pocos minutos, sus mastocitos se activan y liberan un poderoso cóctel de histamina, leucotrienos y prostanglandinas, que desencadenan una cascada de síntomas que se relacionan con las alergias: estornudos, secreción nasal, dolor de garganta, tos seca, ojos llorosos, etc.
La histamina puede hacer que sus vías respiratorias se contraigan, como con el asma, o bien hacer que los vasos sanguíneos se vuelvan más permeables, conduciendo a la pérdida de líquido o urticaria. Los leucotrienos causan hipersecreción del moco, lo que comúnmente se experimenta como la secreción nasal o flema creciente.
El polen es un activador de los mastocitos extremadamente común, pero hay otros agentes que también pueden desencadenar este proceso. Las esporas de moho, el polvo, los contaminantes transportados por el aire, ácaros del polvo, caspa de las mascotas, las cucarachas, los productos químicos ambientales, los productos de limpieza, los productos de cuidado personal y los alimentos también pueden causar reacciones alérgicas. Cada persona es diferente, en cuanto a lo que le puede provocar una reacción alérgica. Y, sólo porque usted no ha reaccionado a algo en el paso no quiere decir que no le causará una reacción en el futuro- se puede sensibilizar en cualquier momento.
http://espanol.mercola.com/boletin-de-salud/temporada-de-alergias.aspx
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