domingo, 9 de marzo de 2014

¿Por qué nos pitan los oídos?

Imagino que saben a lo que me refiero. Todos en algún momento hemos tenido esa molesta sensación. Sin embargo, aunque se trate de una experiencia común, no por eso es única.

No hay dos oídos que piten iguales, por lo que conviene diferenciar. 

Hay pitidos y pitidos. 

Para empezar diremos que a ese ruido en los oídos conocido, de forma popular, como pitidos, silbidos o zumbidos, desde el campo de la medicina se le denomina acúfenotinnitus.

Unos términos que, estudiados desde el punto de vista de la etimología, derivan del griego y del latín, respectivamente.


Con cualquiera de los dos se define al “fenómeno perceptivo por el que una persona oye ruidos en su cabeza u oídos, sin que haya una causa externa que los produzca, sin la existencia de sonidos exteriores a él”. 

Se trata de un fenómeno por tanto íntimo. 

Generalidades sobre los pitidos en los oídos 
Por lo que sabemos el tinnitus se manifesta de distintas formas. A la persona que lo padece, estos ruidos, le pueden sonar como un silbido, soplo, rugido, zumbido, susurro o chirrido. 

Incluso puede pensar que está escuchando un escape de aire, campanadas, agua corriendo, grillos, el interior de una concha marina, sonidos de cadenas, notas musicales o cristales rompiéndose. 

Además tiene duración e intensidad variables. Desde durar sólo unos minutos, hasta ser constante o recurrente. Y presentarse con varios grados de intensidad, suaves o fuertes, pudiendo esta intensidad aumentar, de forma temporal, si movemos la cabeza, corremos o estamos ante una situación estresante para nosotros. 

Y produce efectos diversos. Desde una ligera molestia, hasta dificultarnos el sueño, limitarnos la capacidad de concentración o producirnos una pérdida de audición. 

Por otra parte obedece a diferentes causas. Unas externas: como algún tipo de lesión en alguna zona del cuerpo, por ejemplo, la columna o huesos de la cara; exposición a ruidos fuertes; infecciones de los oídos; presencia de cuerpos extraños o el taponamiento de la propia cera en los oídos. 

Sin olvidarnos que otros móviles, también exteriores a nosotros como pueden ser el exceso de alcohol, cafeína, nicotina y otras drogas; la ingesta de ciertos fármacos como Aspirina, antibióticos, diuréticos, etcétera; o el estrés generado por estudios, trabajo, entorno familiar, económico, social. 

Causas externas y, también, internas

Este fenómeno lo suelen padecer las personas hipertensas, las diabéticas o las que sufren del síndrome de Ménière. Ocasionalmente puede ser una señal de alergia o de anemia. Y en muy raras ocasiones, el tinnitus, es signo de un problema grave como un tumor o un aneurisma. 

Por lo dicho hasta ahora -y a pesar de lo superficial de su exposición, no entramos aquí en su tratamiento-, a nadie escapa que se trata de un asunto de calado. Un tema con enjundia. 

Demasiada quizás, para un blog de divulgación de este calibre y, demasiada sin duda, para un bloguero de mi formación científica. De ahí que sólo les ofrezca una aproximación, más bien desde un punto de vista físico-químico

La abordaré categorizando tres tipos de pitidos: figuradosreales objetivos yreales subjetivos

Pitidos figurados
Por la expresión que utilizo, ya pueden colegir que se trata de una categoría no científica. Hace referencia a una creencia popular muy extendida según la cual, si nos zumban los oídos es porque alguien está, inequívocamente, hablando de nosotros. 

Una credulidad que además matiza una interpretación diferente al zumbido, en función del oído que le pite a uno. Todo un detalle por su parte

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